Máquina 1; Humanos 0: el computador que conquistó el Go
El pasado martes finalizó en Corea el último de los cinco duelos entre el coreano Lee Sedol, campeón internacional del juego de mesa Go, y AlphaGo, programa de computador creado por Google DeepMind, concebido especialmente para competir en esta disciplina. El desenlace de la llamada “Batalla contra la humanidad” fue una clara victoria de 4 a 1 a favor de AlphaGo, resultado que sorprendió a muchos, pues la intuición y creatividad que se requieren para dominar el Go son habilidades que han demostrado ser especialmente difíciles de captar para las inteligencias artificiales.
El juego del Go fue inventado en China hace más de 2500 años. Se juega en un tablero cuadriculado de 19×19 donde se colocan fichas redondas de colores negro y blanco, correspondientes a cada uno de los dos jugadores. El objetivo del juego es dominar la mayor cantidad de territorios dentro del tablero, a través de la colocación estratégica de las fichas. A pesar de sus simples reglas, la mecánica de este juego es extremadamente compleja. El número de juegos posibles para una partida es vasto (10^120), incluso comparado con otros juegos de mesa de alta dificultad como el ajedrez (10^70).
Este enorme número de combinaciones imposibilitan una aproximación exclusivamente dependiente de la “fuerza bruta”, es decir, mediante la experimentación de todas las posibles jugadas con el fin de elegir la óptima. El proceso que ocurre al interior de AlphaGo para tomar una decisión, se basa en el estudio de millones de juegos previos de los grandes maestros del Go. Esta máquina procesa las innumerables jugadas de cada una de las partidas estudiadas, y reconoce aquellos patrones y estrategias que tienen más probabilidad de llevar al éxito, lo cual le permite a su vez predecir con un gran nivel de certeza cuál va a ser la siguiente jugada del oponente. Sin embargo, el objetivo de AlphaGo no es solo imitar a los mejores jugadores de Go, sino derrotarlos. Para ello, AlphaGo realizó billones de partidas consigo mismo, con el objetivo de descubrir estrategias inéditas, y luego pulirlas mediante un sistema de ensayo y error.
Hasta hace algunos años, existía un consenso entre los expertos en inteligencia artificial respecto al hecho de que un computador no podría derrotar a un jugador profesional de Go, hasta al menos diez años más. Por ello, Sedol era con creces el favorito para ganar la partida. Fue tal la conmoción que surgió tras sellarse la derrota del jugador coreano, que éste decidió pedir disculpas al público presente y a los aficionados de todo el mundo en la conferencia posterior a la debacle.
Al mismo tiempo que esta histórica derrota nos hace reflexionar como humanidad respecto a los límites de la computación y su relación futura con los seres humanos, los analistas del Go se encuentran perplejos intentando caracterizar el estilo de juego de AlphaGo. Para algunos, es indudablemente mecánico. César Riquelme, miembro de la Asociación Chilena de Go, señaló hoy en entrevista con El Mercurio que “AlphaGo juega distinto a como lo hace un humano, ya que el hombre intenta sacar el máximo provecho a cada jugada, pero la máquina hace movimientos más cortos, privilegiando el resultado final”. Para otros, las jugadas de AlphaGo son absolutamente humanas, incluso sorprendentes y bellas.
Quizás en esta diatriba se esconden dos ideologías sobre la inteligencia artificial que se remontan a la era de los computadores primigenios: existen aquellos que creen que las máquinas, aunque parte fundamental de nuestra sociedad, son y seguirán siendo nada más que procesadores de números, sirvientes de los hombres, excomulgados de las virtudes humanas. Otros, en cambio, las ven como futuros iguales de nuestra especie. Quizás, la derrota de Sedol podría ser un indicio de que la balanza se inclina a la segunda tesis.