Review: Metallica – Hardwired…To Self-Destruct. «Una banda que está viva y se niega a morir»

20160818_193928_7549_939483Artista: Metallica

Álbum: «Hardwired…To Self-Destruct»

Lanzamiento: 18 de Noviembre del 2016

País: EEUU

Duración: 1 hora 17 minutos

Discográfica:  Blackened Records

Género: Heavy Metal, Thrash Metal.

Este año ya se ha coronado con el protagonismo de muchos grupos que han vuelto de prolongados recesos junto a material, a lo que no podía faltar Metallica, indudablemente una de las bandas de metal más exitosas de la historia tanto en crítica como en su capacidad de acarrear fanáticos a través de generaciones. Sin embargo no es para nadie una sorpresa que desde el «Black Album» han perdido mucha credibilidad siendo catalogados de «vendidos» y «comerciales», lo que junto a los problemas internos de la agrupación han concluido en que el nuevo milenio no haya sido de los más amables con la banda.

Dicho eso, tal parece que Metallica todavía tiene algo que decir, y ocho años después del bien recibido «Death Magnetic», nos llega su nueva propuesta «Hardwired…To Self-Destruct», una apuesta a las raíces thrash puritanas de la banda. Siendo completamente honesto, los adelantos del disco no me volaron la cabeza, los encontré buenos, pero a diferencia de muchos comentarios de cercanos, no los consideré temazos o prontos clásicos del grupo, por lo que fui suspicaz con este trabajo.

El disco parte con «Hardwired», tema que da nombre al álbum y por lejos el más corto, tal como mencioné no me volvió loco la primera vez que lo oí, pero debo admitir que sabe como meterse dentro de tu piel a medida que lo vas escuchando más y más, su rápido ritmo y guitarras potentes no apuestan a la complejidad, pero dentro de su zona lograr dar en el clavo.

Luego le sigue una de mis favoritas por lejos: «Atlas, Rise!», no es especialmente una canción que brille por su creatividad, pero el ritmo y coro energético son atrapantes y a pesar de ser el primer tema del disco en extenderse más allá de los seis minutos, llega a pasarse muy rápido y no volverse tedioso.

Después viene otra de las que más me gustaron: «Now That We’re Dead», no puedo enfatizar que este álbum sea una bomba de personalidad, o que vaya a cambiar las reglas del juego a estas alturas, eso lo hicieron hace 30 años, pero en términos de dar un trabajo potente y entretenido, por lo menos en la entrada hay buenos frutos.

En seguida suenan: «Moth Into Flame» y «Dream No More», siendo la primera uno de los adelantos del álbum, tiene uno de los riff de guitarra más atrayentes de esta producción, seguido de un coro que caería como bomba en vivo. Mientras que la segunda canción baja el ritmo y pone al público a cabecear junto a las guitarras de Hammett y Hetfield.

En «Halo on Fire» nos encontramos con el tema más largo del álbum y cerramos el primer disco junto a él, considero que es también de los puntos más altos de este trabajo, jugando entre versos limpios y suaves, para progresar hasta un clásico estribillo cargado de distorsión y la desgarradora voz de James Hetfield.

En lo que va del disco no puedo realmente decir algo malo, pero puedo sí explicar que en mi primera escuchada algo que me decepcionó bastante es la constante similitud del sonido del álbum, lo cual también puede tomarse como un pro, al ser consistente, ya que a veces querer variar mucho genera más un desorden que una propuesta absorbente, en este caso el problema es que en una pasada del disco puede sentirse muy poco variado.

Siguiendo con lo que es el segundo disco del álbum llegamos a «Confusion» y «ManUNkind», que con menos brillantez, saben entrar en el sonido característico del grupo y dar pie a entretenidas lineas de guitarra.

Ya llegando al final se empieza a sentir un cansancio, con doce canciones, y un promedio de seis minutos por tema, es claro que algunas van a brillar menos que otras, y en este caso la extensión del trabajo hace que aquellas que van cerrando sean menos memorables.

Sin embargo terminando el álbum tenemos otro de los mejores momentos de esta producción: «Spit Out the Bone», que con notoria velocidad, se posiciona como un clásico del grupo, cerrando con broche de oro, entre energéticas guitarras despidiendo este último trabajo de la agrupación estadounidense.

Me gusta que a estas alturas Metallica sabe lo que está haciendo, ya en varias entrevistas han admitido que no son lo que solían ser en cuanto a capacidades y aplaudo el que lo acepten abiertamente, porque después de estar 40 años tocando en los escenarios es obvio que no van a ser lo que eran cuando estaban en plena juventud, y por lo mismo es importante que sepan marcar sus límites.

El baterista Lars Ulrich no apuesta a ritmos demasiado complejos, en general todo es bastante simple a excepción de ciertos aumentos de velocidad, usos del doble bombo y uno que otro movimiento más allá del bombo-caja. Las líneas de bajo en general se limitan a seguir a la guitarra, lo cual, no sé, creo que es algo decepcionante ya que no soy un gran admirador de este estilo, pero incluso desde hace más o menos 30 años que Metallica no destaca especialmente por meter el bajo como plato fuerte, así que supongo que es perdonable.

La producción está bien lograda, Metallica no sale demasiado del guitarra-bajo-batería, y si bien históricamente han tenido problemas dándole un lugar al bajo, en este caso hay un buen nivel de trabajo ya que cada instrumentos suena como debe a pesar de que las guitarras sean las protagonistas constantes.

El mayor problema que tuve con este trabajo es que probablemente esperaba más de él de lo que estaba dispuesto a entregarme, pero ¿es culpa de este disco no poder complacer mis expectativas? A pesar de todas las críticas sí considero que este álbum es excelente, es una gran vuelta a las andadas de una banda que bien pudo haberse separado hace un par de años, pero que en su lugar decidió seguir entregándonos más y más.

Me muero por oír estas canciones en vivo, ya que si bien no brillan particularmente de forma individual, como disco en conjunto funcionan muy bien y en un recital enfocado en este álbum creo que pueden llegar al máximo de su potencia. Este álbum es una explosión, el regreso de una banda que está viva y se niega a morir, un recordatorio que los tiempos aún no acaban y que todavía hay cosas por venir.

Especial Atención A: «Atlas, Rise!»,  «Now That We’re Dead», «Halo on Fire», «Spit Out the Bone».

Nota: 8/10

Tracklist:

  1. Hardwired – 3:09
  2. Atlas, Rise! – 6:29
  3. Now That We’re Dead – 6:59
  4. Moth Into Flame – 5:51
  5. Dream No More – 6:30
  6. Halo on Fire – 8:15
  7. Confusion – 6:41
  8. ManUNkind – 6:56
  9. Here Comes Revenge – 7:18
  10. Am I Savage? – 6:30
  11. Murder One – 5:45
  12. Spit Out the Bone – 7:09

Cristóbal Sepúlveda Cobo

Reseñador de música, cine y televisión y pseudo-crítico, hipster de día, esnob de noche.

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