Review: Incubus – 8. «Simple y sin pretensiones»

Artista: Incubus

Álbum: «8»

Lanzamiento: 21 de Abril del 2017

País: Estados Unidos

Duración: 40 minutos

Discográfica: Island Records

Género: Rock alternativo, Metal alternativo, Pop Rock.

Hay bandas que han tenido una batalla constante por consolidarse de alguna forma, una de ellas los estadounidenses de Incubus, si bien es discutible el lugar que han tenido los rockeros en la historia de la escena alternativa, su éxito es indudable, con unos cuantos hits que ya están incrustados en la memoria colectiva. Sin embargo, la pesada crítica tanto de la prensa como del público ante su accidentado «If Not Now, When?», parece haber desorientado a la agrupación, ya que con la idea de lanzar un doble EP a medio terminar, tardaron seis años en entregar el que sería su octavo álbum de estudio (por algo el nombre, duh).

Hace muchos años que se ha apuntado a Incubus con la constante crítica de que su carencia de estilo único es más bien una falta de identidad disfrazada. Opinión que se vio reforzada en su producción del 2011 que parecía no entender muy bien qué es lo que era o a dónde iba. En ese sentido, «8» parece ser mucho más sólido, ya que si bien el tutti-frutti de géneros sigue siendo algo predominante en la banda, esto es Incubus hecho y derecho.

Desde los primeros dos tracks: «No Fun» «Nible Bastard» que se nota una dirección más enfocada en el metal alternativo, género que puso a la banda en el mapa, siendo al mismo tiempo las canciones más memorables del disco, las guitarras pesadas se toman el lugar junto con la melódica voz de Brandon Boyd. Las melodías no son complicadas, ni pretenden serlo, ya que se opta por un sonido más simple, pero al mismo tiempo más potente.

El juego con la música popular, ya sea el rap o la electrónica, ha sido una aventura que ha tenido Incubus desde la incorporación de DJ Kilmore en su segundo álbum, y en temas como «State of the Art»«Loneliest» es donde su lugar es más notable y vivo, no tiene una posición predominante, pero sabe hacerse oír y diferenciar el sonido que el grupo podría tener de no existir.

El disco apunta por un sonido menos arriesgado, nunca intentando reinventar la rueda, lo cual en un contexto en que tienes a una banda repitiendo un sonido que los hizo populares hace casi 20 años, puede dar un sabor más que amargo, más aún si eres de los que en algún sentido superaron este tipo de música hace varios años, pero no creo que sea negativo que la banda busque tener contacto con sus raíces, el problema es que parece más una apología a la nostalgia que una verdadera necesidad de reinventarse, haciendo lo mismo que antes.

Hay canciones como «Glitterbomb» y «Undefeated» que rozan demasiado con lo olvidable, sin ser canciones malas, pues no descarto que haya fanáticos que logren enamorarse de esos temas cantándolos a viva voz en vivo, pero personalmente encuentro que son canciones demasiado olvidables como para acercarse a los mejores momentos de la banda. Son la muestra de lo más formulado que el grupo ha hecho.

El desempeño de la banda es bueno, pero nunca llega a ser algo que uno destaque, no es como que haya un instante en que te detengas a pensar «oh, que buen bajo» o «esta batería sí que suena bien», todo pasa tan desapercibido que es casi triste. Los instrumentos sí se combinan bien e incluso hay un buen juego con los efectos que se aplican sobre el bajo y la guitarra, dentro de todo, la construcción está bien lograda.

La voz de Brandon Boyd da como corresponde y entrega un buen equilibrio entre la melodía propia del rock alternativo del que es tan destacado, mientras que al mismo tiempo se juega con los gritos, raspando la voz lo suficiente para recordarnos lo que es hacer metal en 2017. Lamentablemente con el tiempo las letras de la banda se han hecho conocidas por no ser poesía, siendo muchas veces pretenciosas o tajantemente no buenas, pasando desapercibidas por el buen uso de música a su alrededor y en este caso creo que no puedo destacar la lírica de ninguna canción, ya que están bien, pero creo que prefiero hacer como que no entiendo lo que oigo a buscarle un significado a temas que no tienen más profundidad de la que el receptor pueda darle.

Si bien una de las mayores críticas que le puedo hacer al disco es su simpleza, «Familiar Faces» es dulce, un himno que no revoluciona en ningún sentido, pero se hace cálido y puedo ver a muchos fanáticos adorando, de los cuales me incluyo, a pesar de su poca aspiración.

Ya al final es que se corren los mayores riesgos y se alcanza una visión más atrayente para el grupo«Make No Sound in the Digital Forest» es una canción instrumental muy bien lograda que alcanza uno de los puntos mejor logrados del disco en términos instrumentales. Cerrando el álbum llega «Throw Out the Map» que es igualmente potente y ruidosa, una carga de emociones que se vuelve un himno cabezeable, sólido y representativo del sonido más seguro del grupo.

Al final, creo que «8» sí es un buen disco, aún cuando no logre destacar sobre el resto, habiendo escuchado este álbum varias veces ya, es increíble la porción del disco que pasa desapercibida, y si bien creo algunos de estos temas sí logran ser destacables, falta mucho contenido para poder considerase una obra que pase a la historia. Fuera de todo, los que hayan quedado decepcionados del «If Now Now, When?», se verán alegres frente al octavo álbum, sin embargo, la idea de un disco simple y sin pretensiones no creo que logre atraer nuevos fanáticos, aún cuando sí creo que los nostálgicos de la época podrán re-enamorarse del género con esta producción.

Especial Atención a: «No Fun», «Nible Bastard», «Familiar Faces», «Throw Out the Map».

Nota: 7 / 10

Tracklist:

  1. No Fun – 3:22
  2. Nible Bastard – 3:40
  3. State of the Art – 3:47
  4. Glitterbomb – 4:45
  5. Undefeated – 3:56
  6. Loneliest – 3:37
  7. When I Became a Man – 0:57
  8. Familiar Faces – 3:27
  9. Love in the Time of Surveillance – 4:55
  10. Make No Sound in the Digital Forest – 3:24
  11. Throw Out the Map – 4:29

Cristóbal Sepúlveda Cobo

Reseñador de música, cine y televisión y pseudo-crítico, hipster de día, esnob de noche.

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