Entrevista a «El Equipo de Paulsen»: Directo al Mundial

El sábado 12 de noviembre tuvo lugar la clasificatoria regional latinoamericana de la Competición Internacional Universitaria ACM de Programación, acortada como ACM-ICPC, donde tres equipos de la facultad fueron a representar a nuestra Universidad y uno de ellos ”El Equipo de Paulsen” conformado por los alumnos Robinson Castro, Javier Marinkovic y Juan Pablo Paulsen, ganó el primer lugar nacional, quedando quintos en Sudamérica y clasificando directamente a la competencia mundial.

Dos integrantes del equipo, Juan Pablo y Javier, junto a su coach, Jorge Pérez, y dos miembros del equipo docente, Camilo Garrido y Mauricio Quezada, nos concedieron una entrevista, donde nos hablan de qué trata el mágico mundo de la programación competitiva, qué ocurrió ese sábado en una sala oscura y cómo se sienten de cara al mundial.

Para los lectores no informados al respecto, ¿qué es la programación competitiva?

Jorge: Es como programar, pero competitivamente. Es desarrollar habilidades que no tienen que ver con hacer aplicaciones, sino con enfrentarse a problemas muy desafiantes, resolverlos tan rápido como puedas y diseñar una solución que sea eficiente. Es en equipo y con solo un computador; tiene desarrollo matemático, análisis y programación, que es la parte más difícil. Además acá no hay cosas a medias: está bueno o está malo. No puedes sacarte un cuatro y eso es algo a lo que no están acostumbrados los alumnos.

Javier: Mis amigos me dicen “ustedes hacen que los programas peleen”.

Jorge: No es pelea, pero si es muy parecido a correr una maratón, es como un deporte y es muy desafiante. Una crítica es que muchos profesores no lo entienden como un deporte de alto rendimiento donde se están aprendiendo cosas muy bakanes para su futuro profesional y por eso no dan facilidades.

Juan Pablo: Es desafiante sobre todo el trabajo en equipo, de repente te toca alguien con conflictos o roces y tienes que saber entenderte con ellos, motivarlos o hacer que lleguen a practicar.

Jorge: E igual que en los deportes, un buen equipo necesita un capitán. En este caso el líder era Juan Pablo.

Juan Pablo: Se necesita un líder especialmente cuando hay discusiones, si uno quería hacer algo y el otro quiere hacer otra cosa yo tenía que decidir, porque si nos quedábamos peleando era ineficiente.

¿Cómo llegaron al mundo de la programación competitiva?

Juan Pablo: En mi caso, llegué el segundo semestre del 2014, ese fue el primer semestre del ramo sin horario. Antes no podía tomarlo por choques, aunque tenía ganas desde hace años porque siempre me gustó programar. Esa vez no clasificamos como equipo a la ICPC, clasificó un compañero solo y se dió la posibilidad de que me uniera y salimos terceros.

Javier: El año pasado había un póster de programación competitiva que me llamó la atención, después vino la semana computina donde había un stand y me interesó harto. No programaba antes, sólo sabía lo de herramientas y en ese momento estaba tomando introducción a la programación. Me metí y lo encontré muy bakán, no me salía nada al principio lo que era súper frustrante y eso hace que mucha gente se salga, pero como soy obsesivo seguí y seguí.

Jorge: Eso es importante, todos los que llegan al curso ven a los más antiguos resolviendo hartos problemas y ellos no pueden ni hacer uno. Pero ustedes pasaron por esto mismo, nadie empieza siendo crack en esto. Llegan muchos que se creen cracks que cuando ven que no pasa nada se frustran. Al final los que pasan la barrera de la frustración son buenos.

¿Y cómo pasar esa barrera? ¿Cómo mejorar?

Javier: Antes cuando no sabía nada de un tema, lo alejaba y después dije “si me sale en una regional tengo que saber de esto”, entonces luego, si no sabía algo, lo empezaba a estudiar.

Jorge: Cuando iban los equipos a las competencias, nos pasaba que hacían tres de diez problemas y se quedaban tranquilos con eso, una buena forma de mejorar es en dos semanas terminar todos los problemas.

Juan Pablo: Ahí es súper importante el trabajo en equipo, tienen que haber tres personas dividiéndose los problemas y después se los explican entre ellos. Porque hacer diez problemas individualmente junto a la carga académica es difícil.

Jorge: En un buen equipo si todos van remando hacia el mismo lado se aprende harto, por ejemplo, acá se dio esto, sólo por estar muy enfocados. Solos no habrían mejorado tanto.

A ustedes, Juan Pablo y Javier, ¿qué es lo que más les gusta de todo esto?

Juan Pablo: Todo. En mi primer equipo todos teníamos un rol: uno resolvía problemas en estrategia y los otros programaban. Yo siempre estuve en desacuerdo con esa técnica, porque es ineficiente y porque me gusta poder hacer ambas cosas. Ahora, si uno cacha un problema y sabe programarlo lo hace, a veces nos especializamos en materias, entonces uno sabe diseñarlo pero el otro sabe más de una estructura necesaria para hacerlo eficiente y él lo programa.

Javier: Cuando llegamos a un contest si uno sabe hacer un problema lo resuelve, pero siempre quedan dos o tres que ninguno puede resolver por si solo y ahí nos ponemos a pensar, sale un alma de equipo, pedacitos de los tres y sale el problema sin que sepamos hacerlo individualmente. El trabajo en equipo que sale de ahí es muy mágico.

Al equipo docente, ¿cómo fue la evolución de este equipo?

Jorge: El equipo antiguo de Juan Pablo no podía seguir por edad, el de Robinson se empezó a desmembrar. Como equipo docente pensamos a principio de año: “si tuviéramos que formar un buen equipo, sería uno formado por Juan Pablo, Javier y Robinson”, pero nosotros jamás hemos querido forzar la conformación de equipos. No es fácil, porque el trabajo de equipo es muy importante. He conversado con gente de otros países, los cuales comentan que al final se llega a un punto donde, si realmente quieres avanzar, tienes que tomar decisiones que vayan un poco en contra de tu corazón. Es como cualquier cosa profesional, si juegas por la Chile o el Colo no necesariamente eres de ese equipo.
También necesitas desafiarte como equipo, no necesariamente los tres más secos van a ser el mejor equipo si no son capaces de trabajar bien. Y acá se dio que trabajan bien.

Mauricio: Al principio dos de las personas del equipo eran reacias a juntarse, después se juntaron, empezaron a trabajar súper bien, llegó Javier y el equipo se levantó muy rápido, de verdad fue como el dream team que se armó.

Jorge: La curva de aprendizaje ha sido súper alta, pero ellos no llegaron a su techo. La última semana seguían aprendiendo cosas y eso es interesante de cara al mundial.

Hablemos ahora de temas delicados: la clasificatoria regional. Primero, ¿qué es esta clasificatoria? ¿y qué ocurrió el sábado?

Jorge: La clasificatoria regional es una competencia donde toda latinoamérica está compitiendo al mismo tiempo y no se compite por países sino por universidades. Compiten en un conjunto de problemas que ciertas personas de distintos países construyen. En esta competencia, igual que en una de fútbol, todos compiten por un cupo para el mundial.
La Universidad de Chile ha ganado la competencia nacional desde el 2011, esta es la cuarta vez que clasificamos al mundial, siempre ganábamos un cupo de repechaje y este año por primera vez clasificamos directamente.
Ahora en este regional, quince minutos antes de ingresar a la competencia, el organizador nos llevó a una sala oscura. No teníamos idea de qué había pasado.

Juan Pablo: Pensaba que me iban a descalificar por edad, pensé que había sacado mal los cálculos.

Javier: Yo pensé que nos iban a decir: “¿quieren chicle?”.

Jorge: Llegamos y nos cuentan que un chileno había logrado hacer un problema que iba a estar en el set de problemas, lo cual era sumamente inusual en esta competencia, y ese chileno era Nico Lehmann. Nico no participa en entrenamientos, no es coach, pero es cercano a nosotros. Los organizadores vieron que este problema se podía resolver con un tema específico y ese tema específico Nico lo había trabajado con Robinson y conmigo. Nos contaron que habían decidido sacar ese problema de la competencia, donde nosotros estuvimos de acuerdo. Y luego nos dijeron que además de decidir sacar el problema habían decidido descalificarnos.

Javier: Pero antes de eso nos invitaron a retirarnos.

Jorge: Eso fue súper terrible, nos dijeron “esta es una situación de conflicto de interés, así que les vamos a pedir a ustedes es que por favor se retiren de la competencia”.

Javier: Nos dijeron “les damos unos minutos para que lo piensen” y nosotros les dijimos “no, ya lo pensamos y no nos retiramos”.

Jorge: Les dijimos que no teníamos un conflicto moral, porque nosotros no teníamos ni idea que Nico había hecho un problema, nos enteramos ahí. Lo que supuso el comité es que como teníamos una conexión tan fuerte era muy probable que nos hubiera pasado todos los problemas. Nos acusaron de manera injusta y nos sentimos terrible. No habíamos cometido ningún error, nos habíamos preparado demasiado y nos dijeron que no podíamos participar. Al final nos dejaron participar fuera de competencia, sin aparecer en el scoreboard y sin globos.

Juan Pablo: Es que cuando uno ve a un equipo haciendo más problemas es una ayuda, te permite identificar los fáciles. Entonces si aparecíamos en el scoreboard íbamos de cierta forma a acarrear al resto del equipo chileno

Jorge: Viciábamos la competencia, cuando se suponía que no deberíamos estar participando. Cuando la competencia terminó, ya no había razón para esconder la performance de este equipo: los otros equipos llevaban a lo más tres globos y finalizada la competencia les dicen al equipo: “aquí están sus globos, ustedes resolvieron 7 problemas”. Nosotros le contamos la situación a los otros coaches y decidimos hacer una carta abierta entre todos, donde fuimos bien duros, y además hicimos una apelación como Universidad de Chile a la decisión, ambas cosas hicieron que días después la gente del comité central revocara la decisión y considerara el resultado como oficial, lo que nos dio una clasificación directa al mundial.
Una cosa bien interesante es que, en la premiación chilena, el equipo campeón con tres problemas de la Universidad de Talca en la misma ceremonia pidieron el micrófono para decir que no se merecían ser campeones, que los verdaderos campeones eran los de la Universidad de Chile. Eso demostró que la comunidad que se arma es bien chora.

Ahora mismo, ¿cómo se sienten de cara al mundial?

Javier: A mi me cuesta dormir, de repente pienso “¿no estaré soñando?”.

Jorge: Todavía no asumen que van a ir.

Juan Pablo: Yo estoy más tranquilo, tengo confianza que como equipo va a pasar algo bakán.

¿Cuándo y dónde es el mundial?

Jorge: Es en mayo del próximo año, en Rapid City, Estados Unidos. Quedan hartos meses, lo importante es no desistir.

Juan Pablo: El nivel de mundial es mucho más alto, así que vamos a tener que hacer un entrenamiento diferenciado. Es un desafío bien grande que tenemos ahí.

Para finalizar, ¿algunas palabras para invitar a los alumnos a unirse al taller de programación?

Mauricio: En el curso trabajamos y nos divertimos. Se pasa bien, es desafiante, aprenden cosas interesantes, van a aprender a programar de verdad. Y, si les va bien, tienen la posibilidad de representar a la universidad y al país.

Camilo: Lo pasan bien académicamente, resolviendo problemas, aprendiendo cosas y además por la comunidad. Se arma una comunidad muy bonita. Puedes entrar sin saber programar y acá aprendes de todo.

Jorge: Lo que igual es choro es que es libre, sin clases y aprendes con la comunidad de los alumnos que hay, no es un curso stándar, aprendes haciendo y a tu propio ritmo. Además, no tiene requisitos

Javier: Desarrolla la mente, la habilidad de resolver problemas, de ver las cosas desde distintos ángulos.

Juan Pablo: Lo interesante es que abre oportunidades a empresas importantes de computación, por ejemplo un mundialista de la Universidad está ahora trabajando en Facebook, otro en Google y así.

Camila Zárate

Tengo un perro, un ukelele y ganas de dormir.

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