Hablemos de Prioridad: La historia de la fórmula que decide los ramos que tienes
Hablemos de prioridad… Frase que al menos un beauchefiano escribe en el foro institucional en las semanas de entrega de resultados de la inscripción académica. Todos, desde que llevamos un semestre en la universidad, nos vemos enfrentados a una fórmula que entrega un número que representa la posición en que nos encontramos en la fila que nos permite armar nuestro horario cada semestre. Este numerito parte siendo increíblemente alto cuando somos mechones, para posteriormente decaer cada vez más dependiendo de nuestras notas, nuestros ramos echados, el tiempo que llevamos en la facultad u otras condiciones deportivas o de método de ingreso.
Seguramente ya te lo has preguntado internamente (o tal vez lo has hecho a través de alguna de las muchas publicaciones en el foro institucional que aparecen cada cierto tiempo) qué es lo que justifica o de dónde viene esa fórmula mágica que dirige nuestros horarios cada semestre. Hoy, en El Diario Integral, te hablaremos un poco de su historia, sus fundamentos, sus excepciones (como las prioridades de mechones o la mítica prioridad 0) y la forma en que esta se calcula en otras facultades. También, plantearemos algunas preguntas que creemos son apropiadas de hacerse hoy en día frente al análisis que como estudiantes hacemos cada semestre al observar los ramos asignados.
¿Estamos listos? Entonces, empecemos.
Historia Reciente de la Prioridad
La información narrada desde acá está contenida en un acta de consejo de docencia del año 1974, la cual es descargable desde acá. Si les da lata leer un escaneo antiguo en hojas amarillas, a continuación procederemos a explicarlo.
¿Qué existía antes como fórmula de prioridad?
Anterior al año 1974, la fórmula utilizada para determinar la posición de los alumnos en la toma de ramos era la siguiente:
$$!\big[ \frac{\sum (UD \times Nota)}{\sum UD} – 3.5 \big] \times \big[ \frac{\sum UD}{48 \times Semestres} \big]$$
El primer factor en la fórmula corresponde simplemente al promedio ponderado de las notas. A este factor se le resta una constante arbitraria que, en palabras del documento, permitía disminuir la importancia de esta componente. El segundo factor lo denominaron coeficiente de aprovechamiento, el cual intentaba valorar la cantidad de UDs tomadas por semestres cursados, teniendo como base que la cantidad recomendada de UDs por semestre en ese entonces era de 48.
Los principales problemas de esta fórmula eran la constante arbitraria y que en esos tiempos por lo general los alumnos de primeros años aprobaban menos de 48 UD por sesmestre. Afortunadamente, esta situación iba cambiando a medida avanzaban en la carrera. Lo anterior provocaba que la fórmula privilegiara bastante a los alumnos más al final de su carrera y castigara en la selección de sus ramos a los alumnos más nuevos.
La nueva propuesta, paso a paso
La propuesta realizada y aprobada hace 43 años considera cuatro factores esenciales para determinar la prioridad:
Factor Promedio
En primera instancia, se buscó transformar el promedio ponderado en un valor porcentual entre 50 y 100 por ciento, considerando como 50% el promedio 4 y como 100% el promedio 7. Para ello, se estableció el siguiente factor:
$$!\big[ \frac{\sum_{i \in RamosAprobados} UD(i) \times Nota(i)}{\sum_{i \in RamosAprobados}UD(i)} – 1 \big] \times 1,667$$
Este factor no es más que una escala lineal entre los promedios 4.0 y 7.0, dando como resultados números entre 50 y 100.
Factor Coef. de Aprovechamiento
Lo segundo que se intentó corregir de la fórmula anterior fue el coeficiente de aprovechamiento, dado que la cantidad de UDs promedio que se aprobaban cada semestre era distinta y creciente a lo largo de la carrera. Para ello, se tomaron datos estadísticos de los primeros semestres de ese entonces y se extrapoló a la duración total de la carrera con el objetivo de lograr la cantidad necesaria de UDs para titularse (576 en ese entonces). Lo anterior se reflejó en la siguiente tabla:

La fórmula matemática que aproxima estos valores es la siguiente:
$$!\frac{\sum_{i \in RamosAprobados} UD(i)}{24 \times Semestres^{1,26}} \times 100$$
Se puede observar que este factor premiaba a los estudiantes que van al día con la cantidad de UDs necesarias en la carrera y castigaba a los que van atrasados. También es importante notar que es posible hacer que este factor sea mayor a 1, si se aprueban más ramos que los que en teoría deberías tener aprobados en un momento de tu carrera.
Personalmente, dudo muchísimo que en algún momento de la historia de la carrera, los estudiantes de ésta la hayan podido terminar, en promedio, en el tiempo reglamentario. Una forma de explicar los valores tan altos hacia el final de la carrera se obtiene a partir de la consideración de que en el documento oficial se menciona la realización de una “extrapolación” de los datos de UD aprobadas en los primeros semestres, para de esta forma con los valores necesarios que permiten que la aprobación del plan completo se logre cumplir en los plazos oficiales.
Factor Aprobación
Un tercer factor a considerar es la proporción entre UDs inscritas y UDs aprobadas, de forma de castigar el tomar más ramos de los que uno es capaz de cursar dado el «desperdicio en profesores, salas y administración docente que genera el tener que disponer de muchas secciones para ciertos ramos», según explica el documento. Este factor matemáticamente se expresa así:
$$!\frac{\sum_{i \in RamosAprobados} UD(i)}{\sum_{i \in RamosCursados} UD(i)}$$
Factor de Corrección
Por último, la fórmula original considera la existencia de un factor de ajuste F, que permita castigar a los alumnos que no realizaban preinscripción académica y ayudar a los alumnos que obtenían por trabajo o enfermedad una rebaja en cantidad de UD necesarias para cursar. En el primer caso, el factor tomaba un valor positivo menor a 1. En el segundo caso, el factor tomaba el valor de 1,5. En los casos normales, el factor valía 1, no afectando a la prioridad.
Curiosamente, ese factor no existe hoy en día. Una de las razones por las que pudo haber desaparecido es que al no existir preinscripción, ya no hay razones para penalizar la prioridad de un estudiante. Lamentablemente, eso también perjudica a los alumnos que por distintos motivos tienen que tomar pocas UD, dado que el sistema los juzga con la misma vara que a los demás.
Finalmente, la fórmula
Finalmente, simplificando los términos, la fórmula de prioridad obtiene el valor que todos conocemos hoy en día y que seguramente también afectó a algún padre o madre de algún estudiante actual de Beauchef:
$$! 1666,7 \times \frac{ \big[ \sum_{i \in RamosAprobados} UD(i) \times Nota(i) \big] – \sum_{i \in RamosAprobados} UD(i) }{24 \times Semestres^{1,26}} \times \frac{\sum_{i \in RamosAprobados} UD(i)}{\sum_{i \in RamosCursados} UD(i)} $$
¿Trivial, no?
¿Cómo se usa?
El puntaje asignado por la fórmula de prioridad a cada estudiante se usa de la siguiente forma:
- Se ordena a todos los estudiantes por puntaje en una fila única
- Para cada estudiante en la fila
- Se le intentan asignar todos los cursos, en orden, revisando requisitos, topes y límites.
Para más información acerca de cómo se procesan los ramos, puedes ver el capítulo dedicado en la guía del inscriptor integraláctico.
Agregados a la fórmula tradicional
Alumnos Nuevos
Actualmente, la fórmula de prioridad funciona con dos semestres de desafase. Dado que los estudiantes que recién ingresan no tienen dos semestres de promedio e igual se necesita asignarles los ramos de alguna forma, estos son designados en distintas secciones de forma casi aleatoria. En el segundo semestre, como aún no cuentan con promedio aplicable a la prioridad, son ordenados según la siguiente fórmula de prioridad especial.
$$!PuntajePSU \times 100$$
Esa fórmula les permite estar siempre por encima del puntaje de cualquier otro estudiante con prioridad calculada, considerando que el menor puntaje PSU de ingreso nunca es inferior a los 700 puntos.
La mítica Prioridad 0
La Prioridad 0 fue creada como un sistema de ayuda para distintas situaciones en las cuales se desea asegurar que el estudiante tenga los ramos que solicita. Su valor numérico es 100.000 y siempre es superior a los valores de las prioridades PSU y convencional.
Actualmente hay muchos (cuenta la leyenda que son cerca de 300, aproximadamente un 5% de los estudiantes de pregrado) estudiantes en esta situación, los cuales son fundamentalmente Deportistas Destacados.
Esta prioridad también es utilizada para estudiantes que no entraron directamente por la lista PSU, tales como el programa PEG. Eso sí, la prioridad 0 les dura solamente el segundo semestre de la carrera (cuando sus compañeros de año usan la prioridad especial PSU).
En otras facultades, la prioridad 0 se entrega también a estudiantes que son padres o poseen alguna discapacidad.
Prioridad en otras facultades
Ya conociendo bien nuestra fórmula de prioridad, suena como una buena idea mencionar cómo lo hacen otras facultades de la Chile para calcular la prioridad de un estudiante al tomar ramos.
En varias carreras, la cantidad de estudiantes pidiendo ramos es muchísimas veces menor que la que puede llegar a ocurrir acá en Beauchef, dada la magnitud de estudiantes que solicitan ramos dentro del mismo sistema. Es debido a eso que los sistemas de prioridad suelen variar entre facultades. Explicaremos a continuación otros dos sistemas dentro de la Chile.
FEN y su Prioridad Convencional
La fórmula de los FENianos es menos mágica en sus coeficientes que la que usamos acá en beauchef, pero considera factores similares:
$$!ME \times 100.000 \times \big[ (1+FA)^{0.2} \times (1+FR)^{0.2} \times (1+PR)^{0.6} \big]$$
El significado de cada sigla es el siguiente:
- ME es Multiplicador Equidad, equivalente pero no tan radical a nuestra prioridad 0
- FA es Factor de Avance, análogo al coeficiente de aprovechamiento.
- FR es Factor de Rendimiento, análogo al Factor de Aprobación.
- PR es Posición Relativa, similar al Factor Promedio beauchefiano, pero relativo a las notas de los demás estudiantes.
En síntesis, el sistema es muy parecido al que usamos en Beauchef, pero un poco más estructurado y claro al momento de asignar ponderaciones a cada factor.
Derecho y el Índice de la Felicidad
¿Qué? ¿En serio su sistema de prioridad se llama así?
Así es, no es broma. La gente en derecho usa un sistema de asignación de ramos denominado «Índice de la Felicidad». Su funcionamiento es bastante entretenido e innovador, resultando una cambio radical a lo que entendemos por prioridad en elección de ramos. El algoritmo es el siguiente:
- En la inscripción académica, los estudiantes ordenan los ramos que desean tomar según qué tan felices los haría tenerlos. Es decir, los ramos en las primeras posiciones son más importantes de conseguir que los ramos en las últimas posiciones.
- Luego que todos los estudiantes eligieron sus ramos, el sistema repite el siguiente algoritmo hasta asignar todas las peticiones:
- Asignar a todos los alumnos con solicitudes de ramos un valor de felicidad igual a cero y meterlos a una bolsa.
- Mientras queden alumnos en la bolsa:
- Tomar un alumno al azar de entre los que tienen menor valor de felicidad.
- Intentar asignarle el ramo en la posición más importante de su lista de ramos solicitados que aún no se le haya intentado asignar. Se revisan requisitos, cupos y choques en este paso.
- Si al alumno le quedan ramos y el ramo es asignado, se aumenta la felicidad de este alumno y se devuelve a la bolsa.
- Si el alumno no tiene más ramos solicitados, no se vuelve a meter a la bolsa.
¿Simple, no? El factor fundamental que se puede observar en este caso es el azar. Por lo tanto, si la inscripción se repitiese, nada aseguraría que los resultados en asignación de ramos fuesen idénticos. Además, el sistema se esfuerza por hacer feliz a todos por igual, dado que si no te asignan un ramo que de verdad querías por cualquier motivo, seguirás teniendo mayor prioridad en asignación que otros estudiantes con más ramos asignados que tú, mejorando las posibilidades de que el siguiente ramo sí se te sea asignado.
¿Les cuento otro detalle sorprendente del asunto? El cambio de sistema fue propuesto y evaluado por los mismos alumnos, y la implementación e idea final fue generada por los desarrolladores de Ucampus. El sistema final obtuvo una aprobación bastante alta de parte de ellos mismos. En conversaciones dispersas con un amigo de allá, él me plantea que da la impresión que una mayor cantidad de estudiantes logró conseguir la mayor cantidad de los ramos que deseaba, siendo a final de cuentas más feliz gracias a eso.
Ahora que lo pienso, igual al inicio me costó entender un poco el por qué del sistema. Debido a lo acostumbrados que estamos a creer que un sistema de prioridad debe considerar rendimiento académico, cuesta un poco imaginarse un mundo en el que el objetivo final de un sistema es maximizar el nivel de felicidad en la facultad garantizando a todos la posibilidad de poseer parte de lo que de verdad quieren y necesitan.
¿Qué nos queda?
A partir de lo expuesto anteriormente, vale la pena hacer algunas reflexiones:
43 años después…
Habiendo transcurrido tantas cosas desde la última vez que se diseñó una fórmula nueva, queda ver qué tan válidos son los supuestos utilizados en un sistema creado hace casi medio siglo, por ejemplo:
- ¿La cantidad de UDs aprobadas por semestre es válida hoy en el promedio de los estudiantes? Si no es así, y el valor promedio es mucho mayor en estudiantes más nuevos, la fórmula puede terminar perjudicando a los estudiantes mientras más tiempo llevan en la carrera. Esto se notaría más si ellos no terminan la carrera en 6 años (o
sea, todos los estudiantes), dado que el coeficiente de aprovechamiento sigue descontando. - ¿Debiese un estudiante con mejores notas ser premiado con escoger todos sus profesores antes que un estudiante con peor rendimiento? Si no es así, necesitamos como facultad determinar cuáles son los criterios que hay que considerar al momento de generar un nuevo ranking de elección de ramos. ¿Se deberían considerar participaciones extracurriculares como Grupos Organizados, Centros de Estudiantes, trabajos dirigidos o proyectos personales?
- ¿El mal rendimiento académico en algún periodo de nuestras vidas debiese de seguirnos durante toda la carrera? Si creemos que no debiese ser así, es necesario repensar la existencia o el rango de actuación de este coeficiente. ¿Debería afectarnos cero, uno, dos, tres, ¡CUATRO! semestres o más? ¿Debería reiniciarse en especialidad?
Prioridad 0 y Prioridad PSU
También conviene darle vueltas a los casos excepcionales
- ¿Es eficiente un sistema en el que una de cada veinte personas se rige por una prioridad distinta a los demás al momento de asignar los ramos? En caso de no ser así, es necesario definir nuevamente cuáles serían los criterios especiales de prioridad, a quiénes se asignarían y cómo se comportarían para comparar dos estudiantes adscritos al criterio especial (cosa que hoy no existe).
- Continuando con lo anterior, ¿qué ocurre con los estudiantes que tienen complicaciones de horarios ya sea por trabajo, deporte o enfermedad? ¿Cómo ordenas cuál merece en mayor grado escoger sus ramos primero? Es decir, ¿un estudiante no vidente merece más o menos tener sus ramos primero que un estudiante que es padre o madre? ¿y entre un deportista y un estudiante de ingreso especial?
- ¿Qué tan ventajoso es colocar siempre a los estudiantes de primer año con la mejor prioridad para escoger sus ramos? Al menos, si se considera válido el supuesto anterior que señala que los estudiantes más nuevos aprueban menos UD que los más viejos, esto parece un poco contradictorio. En caso de no ser ventajoso ¿Qué otras soluciones se proponen para el cálculo de prioridad de un grupo de estudiantes que aún no tiene una cantidad considerable de notas?
Otros detalles de la prioridad
Por último, también suena interesante cuestionarnos sobre pequeños detalles de la inscripción académica que hasta el día de hoy nos afectan de forma positiva o negativa.
- ¿Qué tan dañinos o beneficiosos son los choques de horarios? ¿Qué requisitos tenemos que cumplir para poder acceder a ellos? ¿Debería el sistema limitar los choques o debería apelar a la buena fe y el sentido común de los que inscriben sus ramos?
- ¿Qué beneficios y problemas nos trae que la inscripción académica procese los ramos «por estudiante»? ¿Qué beneficios y problemas aportaría que los ramos fueran procesados de forma individual? (por ejemplo, usar el mismo sistema de hoy en día, recorrer la lista de prioridad de todos asignando solo el primer ramo y luego repetir con el segundo ramo de cada lista).
- ¿Cuáles son los beneficios y problemas de los límites de UD? ¿Cuáles deberían ser las razones para asignarlos o eliminarlos? ¿promedio? ¿ramos echados? ¿tiempo en la U?
- Hablemos también de los requisitos simultáneos, ¿nos hemos preguntado alguna vez por qué “Economía” pide tomar simultáneamente “Cálculo en Varias Variables”, o “Intro al trabajo de Título” pide simultáneamente “Inglés 5”, si en la práctica no pareciese requerirlo? ¿Deberíamos pasar ambos ramos si nos echamos un simultáneo, si es que en verdad son por conocimientos? ¿Qué efectos en los cupos de los ramos termina teniendo el control de avance de la carrera que implican estos requisitos?
- ¿Cuál debería ser el desfase al momento de considerar las prioridades? ¿Cuáles son las consecuencias de un desfase largo y un desfase corto?
- ¿Qué pensamos de los sistemas de prioridad de otras carreras y facultades? ¿Funcionarían en nuestra facultad?
- Y finalmente, ¿Cuál es el punto crítico en el cual un sistema se vuelve insostenible debido a la cantidad de excepciones y reglas que este maneja? ¿Ya llegamos a ese punto en nuestro actual sistema de prioridad?
Me disculpo por la cantidad de preguntas que planteo, pero considero que dada la explicación anterior, todas ellas son válidas, importantes y no tienen actualmente una respuesta clara. Es por eso que invito a pensarlas, discutirlas e intentar contestarlas con sus centros de estudiantes. Al menos personalmente, me da la impresión que es hora de repensar lo que usamos como prioridad y mejorarlo, con el objetivo de evitar algunos de los problemas que vivimos semestre a semestre ocasionados por la forma actual de hacer las cosas.
Y por favor, que la discusión no se quede en un post de U-Cursos, como pasa todos los años. Motivemos algo serio, un estudio y un modelo que se adapte a sus resultados, como el que hicieron el año 1974. Tal vez así la prioridad deje de ser un tema del que se tenga que hablar religiosamente cada semestre.
Para terminar, quisiera agradecerle a los cabros del DCC, al equipo del Centro Tecnológico Ucampus y a los integrantes de El Diario Integral, por ayudarme encontrando algunos errores en el artículo. También desearía agradecer a Seba, Tefa, Romina y Alexander, amigos de otras facultades de la Chile, que me ayudaron comentándome cómo funciona el sistema en donde ellos estudian.
¡Muchas gracias por leer!