Con Air: «La chorrillana del cine noventero»
Escrito por: Mario Corbalán
Les pregunto, ¿cual es el fin último del cine?, ¿por qué tendemos a repudiar la banalidad en el cine?, ¿es acaso malo aceptar que una buena película es una película que te entretiene, que la puedes gozar con un pizza y una chelita bien helada al lado?
Para mi Con Air es un peliculón, no, no estoy exagerando y no porque no la dirija Nolan o Lynch ni porque el final no es abierto ni porque no tuve que pausar y retroceder como 5 veces para entender a cabalidad la trama, no significa que es penca. Con Air es un peliculón porque es entretenida, porque tiene de todo, porque cuando vienes de la U con el cerebro licuado, y la pillas en el cable, es un bálsamo, porque es, al fin y al cabo, una chorrillana de la gran pantalla. Chorrillana porque tiene de todo y verla con una chelita en la mano es ley, porque no importa si la agarraste desde el principio, te enchufai mas fácil que cargador de mac.
Entonces, ¿Cuál es la trama? Cameron Poe es un honorable militar miembro de los Rangers (los capos del ejercito yanqui) que acaba de volver de hacer el servicio para su país. Después de un altercado con tres bandidos, en el que intenta defender a su esposa embarazada (sipo, la esposa estaba encinta), acaba matando a uno de los locos. Cameron es declarado culpable y recibe una sentencia de 10 años. Pero Poe se mantiene en contacto con su familia durante su tiempo en la cárcel. Al final de su sentencia, Poe es trasladado en un vuelo junto a muchos criminales seriales de extremo peligro. Los criminales son trasladados a una prisión de máxima seguridad, mientras que Poe se dirige a reencontrarse con su familia, su esposa y su hija que él no ha podido ver crecer. Pero no todo sale como se esperaba, los guardias del avión son vencidos y se intenta una huida liderada y organizada por el antagonista de la peli, Cyrus «The Virus» Grissom. Todo esto es advertido por el oficial Vince Larkin, quien, junto a Cameron intentarán detener esta espectacular y sumamente trillada fuga aérea.
Esta semana se cumplen 20 años del estreno de esta película de culto y a mí no me da vergüenza decir que me encanta. Tiene de todo, partiendo por el héroe caído injustamente en desgracia, que lo único que quiere es reunirse con su familia encarnado por un Nicholas Cage con pelo largo (sedoso y suave, anti caspa anti reaparición y weá) y terminando por John Malkovich interpretando a un villano que solo él y su combo único de “cejas+pelada” pueden darle tal toque de malevolencia. Loco, hasta tiene a John Cusack haciendo del papel del alguacil rebelde con métodos pocos ortodoxos para hacer cumplir la ley.
Y si todavía no me crees cuando te digo que tiene de todo… Steve Buscemi, si compadre, el mismísimo, y es que con esos ojos que parecen que van a salir de su cráneo no le quedaba más que hacer del loco lindo.
Te lo concedo, la película rebosa en clichés y te sientes vidente mientras la ves porque te sabes el final cuando vas como en la mitad, pero no nos leamos la suerte entre gitanos, películas así son un valor a la industria, ¿que sería el cine sin Con Air, sin The Rock (1996), sin Face/Off (1997) , sin Armageddon (199, sin Broken Arrow (1996)? Los 90 no solo es la década de Pulp Fiction (1994), de Shawshank Redemption (1994), de Matrix (1999), del grunge, de los Chris Cornell Eddie Vedder y Kurt Kobain, los 90 también es la década Chumbawamba, es la década de las películas “NicholasCagerianas”, películas vacías que te llenan de felicidad y que merecen por lo menos mi reconocimiento y eterno cariño.